Productos Artesanales según Rubro

4.- La Alfarería:



Sin dudas, la presunta sencillez de estas artesanías es sólo aparente. Fueron necesarios milenios para lograrlas. De hecho que la cerámica no es la excepción a esta regla. En algunos casos esos tiestos tan rústicos, en otros casos tan finamente terminados, no son un simple montón de barro o “greda “ húmeda y secada al fuego: tierra...agua....fuego!!!, todos elementos naturales...¡Si apenas se adivina la presencia del artesano ha través de algunas huellas que delatan sus dedos en la pasta horneada!

Sin embargo, la Argentina a pesar de haber estado poblada desde hace una buena docena de milenios , hubo que esperar hasta unos cinco siglos A.de C. para que aparecieran los primeros ejemplos. Veinte siglos más tarde y ya con la presencia de los Conquistadores, estos se encuentran con un mosaico de tradiciones alfareras diferentes, cada una respondiendo a una cultura. Sin dudas, no fue de un día para el otro...

En efecto, toda una tradición sustenta cada paso del proceso. Es que no es cuestión de amasar cualquier tierra.... Esta debe cumplir con el requisito de contar con cierta plasticidad. Las más adecuadas son las arcillas, un tipo de roca universalmente distribuida...pero el secreto reside en donde buscarla... Según Antonio Serrano, los araucanos la extraían de yacimientos cuyo conocimiento data desde sus orígenes y en los cuales han socavado grandes cuevas para su extracción. Otros la obtienen de los lechos de los ríos, donde se deposita cuando baja el caudal, bajo la formación de limo. Si es demasiado puro, tampoco es lo mas conveniente, pues se resquebrajan al cocinarse. Por lo expuesto, en el litoral argentino es común agregarle tiestos triturados. En tanto, en la zona andina lo mas frecuente para estos casos es el uso de arenas y tiestos molidos. Los Tobas en cambio, le adicionan cenizas de huesos. Estos elementos logran complementar el necesario equilibrio y estabilidad a la plasticidad de las arcillas para su moldeo y cocción final, por ello técnicamente son conocidas como “antiplásticas”. La búsqueda, como ya se mencionara, es evitar el porcentaje de contracción de secado y mejorar sus propiedades.

Lo llamativo es observar como en general, el procedimiento para levantar las paredes de las piezas tiene un aire de “familia” o cierto parecido en todo el continente. A pesar de no ser aparentemente el sistema mas sencillo, el modelado más difundido es aquel que consiste en amasar la arcilla en forma de chorizos que se van superponiendo para formar las citadas paredes. Los rodetes se van aplanando con los dedos y las uniones se alisan con algún objeto.

Existen otras técnicas como el paleteado: reconocida por los autores como una de las más antiguas e interesantes. Por lo general se parte de un bollo de material o pastón de arcilla húmeda y en estado de trabajabilidad. El artesano munido de una paleta de madera dura, y una piedra alisada o canto rodado grande y biconvexo que apoya en el lado de "adentro" (del objeto por realizar), bate la pasta por "fuera" con golpes a través de la paleta,  hasta adelgazar la pared e ir levantando la pieza.

En artículos de tamaño reducido, en oportunidades usan el "modelado directo" . Toman un bollo de pasta húmeda bien amasada y  proceden a modelar con los dedos o herramientas simples.    

Así por ejemplo , los indígenas Pilagá de Formosa, siguiendo el procedimiento del rodete, fabrican botijos esferoidales para transportar agua. Se caracterizan por contar con dos asas y un estrangulamiento horizontal en la parte central con una cuerda. En sus largas caminatas llevan el recipiente en la espalda, sosteniéndolo con la cuerda que pasa por la frente...Como se aprecia, la forma establecida cumple una función y una serie de requisitos... se aproxima al pensamiento que hoy los diseñadores industriales aplican en sus productos. Debía estimar un tamaño en el que el peso propio y el agua sean trasladables por una persona una “x” distancia...la cuerda debía ser aplicada de tal modo que asegure su acarreo...las formas debían contemplar además que pueda ser sostenida desde la frente y sobre las espaldas y con las dos manos hacia atrás asegurar el bamboleo...además, luego debía ser colocada sobre una superficie en su lugar de destino...y las asas...la tapa, el vertedero...en fin...Artesanos...concurrir a los museos y estudiar los originales...sus formas, sus colores, el ambiente que condicionaba su faena al producirlos, etc., etc., además de las probables técnicas originarias aplicadas... Los demás grupos chaqueños típicos, tales como los Mataco, Toba, Mocoví, al igual que los Pilagá, originariamente tenían sus cerámicas más o menos rudimentarias, con poco desarrollo artístico. Pero actualmente bajo la influencia de las misiones catequísticas, muchos núcleos han desarrollado nuevas formas: figuras zoomorfas, y antropomorfas, floreros, con cuellos y vertederos.

En el marco de las comunidades indígenas se destaca la cerámica de origen Chané. Ello se debe a los motivos decorativos. Sin dudas sus técnicas fueron adquiridas a través de los antiguos contactos y en el intercambio de productos entre los de arriba (comunidades indígenas andinas desarrolladas) y los de abajo ( la cultura Chané de origen arawak) ; aunque repito, queda clara la influencia recibida de los misioneros religiosos, sobre manera en la realización de los pesebres, la variedad de jarras y la decoración con flores y guardas naturalistas. Otra cuestión a destacar de esta cultura, es la intervención de la mujer en forma exclusiva en este tarea, la cual exhibe mayor desarrollo en sus piezas que el resto de las comunidades indígenas de las Yungas, la región chaqueña, guaranítica, del Bermejo, etc. Los tiestos presentan un engobe blanco amarillento. El engobe...se trata de una capa fina y desleída de arcilla que se aplica sobre la pieza antes de conducirla al horno para su cocción, posteriormente se pule, lo que le brinda un brillo muy característico. Sobre esta superficie pintan en rojo, amarillo o negro, con tintes de procedencia mineral y/o vegetal. En cuanto a las formas...en general predominan los recipientes globulares...pero sobremanera y lo que llama la atención, es su gracia para modelar una zaga larga de animales...tal vez allí es donde se nota el encanto que le brinda el acento femenino.

Por el lado de los criollos, y continuando con la síntesis que realizara la Lic. Ana M. Dupey, en los valles Calchaquíes se hacen ollas, macetas, “virques”, grandes tinajas que hoy son vistas en los parques de las residencias de San Lorenzo en Salta y/o en Buenos Aires y otras localidades, luego de superar el traumático viaje en algún transporte de carga...sanos y salvos...También se producen tinajas de gran dimensión  para fermentar la “aloja”, bebida derivada de la algarroba. En general le aplican decoraciones simples con la técnica del inciso.

En tanto en La Rioja y Catamarca las piezas son pintadas con colores obtenidos de tierras y sustancias vegetales locales y aplicación de guardas con iconografías.

Lo mismo ocurre en la Puna Jujeña, en la Quebrada de Humahuaca, en los Valles Calchaquíes, en Santa María, Belén, en el Valle de Hualfín, en La Rioja, Santiago del Estero y hasta San Juan, destacando en sus productos la influencia de la cultura Incaica a través de las comunidades que se localizaran en los yacimientos de Yavi, Alfarcito, Isla, Condorhuasi, Alamito, La Aguada, La Ciénega, Santamariana, Sunchituyoc, Ayampitin, Las Mercedes, Angualasto, Tafí, y otras en donde la creatividad es impuesta a través de una riquísima iconografía y guardas de alta factura en cuanto a su diseño, en virtud de una vocación por la cerámica, el dibujo, la incipiente aplicación de la pintura  tricroma y las formas varias de una cerámica utilitaria y ceremonial heredada.  

 Hoy los artesanos de la región y que trabajan con el “barro”, obtienen piezas que son premiadas en los eventos de mayor trascendencia en el país como las Ferias: FERIART en Córdoba y Buenos Aires; Fiesta Nacional de la Artesanía en Colón–Entre Ríos; El Poncho en Catamarca; etc.. Cabe citar a Néstor Ricardo Ríos (Artesanías Munay), Oscar Mendoza, los hermanos Ríos, Nicolás Flores en Jujuy, entre los mas afiatados, quienes producen tanto modelados en cerámica como utilitarios. Para las formas como para los motivos toman inspiración en la alfarería prehispánica sometiéndola a diferentes reinterpretaciones, combinando con campos geométricos, guardas o motivos del arte rupestre regional y la herencia mencionada.

En la región serrana de Córdoba, hay una tipología de cerámica que se destaca por su color gris oscuro y de superficie muy lustrada. El color se obtiene a través de una cocción particular en un fogón con “leña” de vaca o cabra (estiércol). En tanto, el pulido minucioso de la vasija aún fresca, la obtienen pasando un trapo húmedo y posteriormente le confieren ese lustre satinado mencionado, a través de pasar una piedrita, tarea ésta, que pone en juego la prolijidad y la paciencia del artesano. El “quemado” final se realiza en “hornos abiertos”. La decoración juega con cierta ingenuidad a través de la aplicación simple de guardas geométricas ( las mas frecuentes) y/o aplicación de flores, hojas, animalitos en relieve, también con el contraste entre zonas pulidas y opacas. 

Coloración: Ya se ha mencionado el engobe, aún cuando los artesanos confieren color a sus productos con técnicas varias. Una de ellas es mezclar esmaltes en polvo para cerámicas de origen sintético con la pasta; con esta luego obtienen sus piezas. Otra, consiste en aplicar al objeto húmedo  recién moldeado, un baño de pigmentos  diluidos en agua y aplicados con las manos o con la ayuda de lana o pluma.  
Hay un grupo de artesanos que recurren al "engobe"; esta técnica consiste en  bañar las piezas, lo que le confiere un espesor mayor. Esto les permite serigrafear los objetos con copias en general de la iconografîa del lugar o reinterpretaciones. Este procedimiento se efectúa antes de introducir los productos al horno (se ve este tipo de solución, entre otras, en Villa El Totoral-Córdoba) y siempre se incorpora del lado externo.


Los colores resultantes de las pastas, dependen de las mezclas que produce cada artesano. Algunas son el resultado de técnicas originarias y con pigmentos naturales (vegetales y/o minerales), óxidos y bruñidos y otros y de acuerdo a requerimientos del mercado, acuden a los sintéticos (no plúmbicos). La coloración también depende de la atmósfera de cocción y el combustible que se usa para generar el calor(leñas, estiércol, etc.)  

En el país es larga la lista de artesanos alfareros: Carlos Zenavilla en Salta; en Buenos Aires Marcos Alejandro Gregorio; Atilio López en Mina Clavero-Córdoba; Gabriela Izuel en La Plata-Buenos Aires; Manuel Barrios en la Rioja; Marta Liliana Goyheneik en Gallegos-Santa Cruz; Gabriela Sosa en San Martín de los Andes-Neuquén; Inés Fertl en El Dorado- Misiones; Federico Rojas en Resistencia-Chaco; Alejandra Franco en Concordia-Entre Ríos...en fin, no es este el propósito, pero seguramente en las exposiciones orientadas a la venta de artesanías en algún puesto van a localizar a estos artesanos y una larga saga de otros no citados, pero con conocimientos, habilidades manuales, sentido de la proporción y un alto nivel de creatividad, características que se reflejan en cada una de sus obras.

Dice Carlos Mordo “La artesanía vinculada con lo ritual, el simbolismo o la experiencia colectiva, también está definitivamente incorporada a la producción económica. Será el reconocimiento de la diferencia y de la estética particular expresada individualmente por cada cultura lo que fundamente la identidad de la producción artesanal.”. Asimismo “Puede decirse que la artesanía es, al mismo tiempo, un valor simbólico y un valor de cambio: en muchos casos, los productos han perdido definitivamente su significado original; en otros ambos coexisten, se expresan hacia dentro o hacia fuera de la propia cultura (....). El lugar donde generen su distinción lo simbólico y lo ritual de la producción meramente económica se encuentra en el interior de cada cultura. Únicamente desde este espacio se pueden generar nuevos procesos que reafirmen la identidad y los valores de cada pueblo”.

Nota: Para los aspectos de la cronología Prehispánica se ha recurrido a la obra del Arqueólogo Alberto Rex Gonzáles: Arte Precolombino de la Argentina-Publicado en Bs. As. por Filmediciones Valero en 1977.
En los temas técnicos más generales ya se ha mencionado a Antonio Serrano a través de su Manual de Cerámica Indígena impreso en Córdoba-Ed. Asandri en 1966.
A los resúmenes formalizados por la Lic. Nelly Canepari en Córdoba a través del Folleto Artesanías Tradicionales.
A la síntesis que elaborara Ana María Dupey del volumen titulado La Alfarería publicado por el Centro Editor de América Latina en 1975, en la colección Arte Popular Argentino.
Al incansable Lic. Carlos Mordo a través del apunte Artesanía, Cultura y Desarrollo. Apuntes sobre arte popular y artesanía en la República Argentina - Ed. Plan de fomento de las artesanías de las comunidades indígeneas de la Argentina. Secretaría de Desarrollo Social, Fondo Mixto de Cooperación hispano-argentino. Buenos Aires. Argentina.
Y a los abnegados y silenciosos investigadores del CFI: Lic Nélida Quiroz, Lic. Oro Nelly Bendahan, Ricardo E. Doro, Lic. María de los Angeles Carluci, Lic. Adela Kumcher, entre otros, quienes dejaron una herencia a la que hoy, todos los organismos vinculados con los artesanos y/o las artesanías recurren...me incluyo...y expreso mi agradecimiento.

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